auto destructivo que desmejora el intelecto
y deteriora la salud progresivamente.
El estrés es un estado de tensión emocional provocado por situaciones agobiantes que originan reacciones auto defensivas en el organismo de las personas en situación de riesgo. Al persistir, el estrés puede llegar a provocar manifestaciones psicosomáticas molestas que algunas veces resultan graves... El estrés es la reacción espontánea al cambio de las condiciones medio ambientales que se presentan en el entorno de la persona estresada. Es una respuesta a las situaciones que estimulan a huir o afrontar los peligros que perturban su Armonía Transcorporal. Al canalizar el estrés adecuadamente lo aprovechamos para alcanzar el éxito. Al contrario, cuando permitimos que el estrés domine nuestros actos le abrimos las puertas a los estados enfermizos.
El Estrés moviliza todo el Organismo
En la respuesta del estrés intervienen todos los órganos del cuerpo, los cuales se movilizan para proporcionar al individuo en situación de riesgo todas las opciones de acción y reacción necesarias para emprender la huida o el ataque. La tensión del estrés se activa en situaciones de cambio, reales o imaginarias, en las personas que advierten algún peligro a su condición espiritual, física o social.
El Estrés permanente es una crisis causada por la diferencia existente entre lo que el ambiente exige de nosotros y nuestras propias creencias sobre la capacidad que tenemos para corresponder tales exigencias.
La reacción del estrés resulta de la interacción entre las características físicas, intelectuales, emocionales, sensoriales y espirituales de la persona y las demandas de su medio ambiente.
La persona responde con una reacción de estrés cuando enfrenta situaciones que le exigen conductas difíciles de ejecutar, porque su desempeño depende, simultáneamente, de las demandas de su medio ambiente y de sus propia capacidad para enfrentarse al mismo.
Específicamente depende de las discrepancias, reales o aparentes, existentes entre las demandas del medio y de su percepción de la respuesta propia que puede dar a esas demandas.
El estrés es una respuesta psicofísica, automática e involuntaria, ante los cambios ambientales, mediante la cual, la persona se prepara para hacer frente a las probables demandas que se generan como consecuencia de las situaciones de cambio.
El estrés, en sí mismo, no es un mal proceso de funcionamiento del organismo, es una función natural de la persona que le permite utilizar todos los recursos disponibles para enfrentar situaciones excepcionales, reales o imaginarias.
El estrés estimula la percepción de la situación de cambio y sus correspondientes demandas, el procesamiento oportuno y rápido de la información disponible, la búsqueda de soluciones probables y la selección de las conductas más adecuadas para desempeñar la ejecución de las demandas requeridas por la situación de cambio, y la preparación del organismo para actuar ágil y vigorosamente.
El estrés no es dañino al producirse. Al persistir es cuando la persona se fatiga, deteriorando su salud en todo el cuerpo; el mayor daño se manifiesta en las partes más debilitadas del organismo.
El estrés activa todos los recursos del instinto de supervivencia de la persona, incluyendo el aumento de actividad fisiológica, cognitiva y conductual, lo cual exige un desgaste importante para el organismo.
Si el estrés es transitorio no representa riesgos para la salud, porque el organismo es capaz de recuperarse; si se produce de manera recurrente, y en exceso, puede producir trastornos psicológicos, mentales, fisiológicos y hasta morfológicos.
El estrés continuado genera ulcera estomacal, artritis, vaso constricción arterial, daños cardiovasculares, migraña, calvicie, asma, dermatitis, tic nervioso, impotencia sexual, irregularidad menstrual, colitis, gripe, diabetes, dolores de espalda, brazos y piernas; obesidad o adelgazamiento, por pérdida o aumento del apetito, y muchas otras anormalidades.
Lea: Salud con Flores de Bach
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es un remedio natural eficaz para modificar los estados emocionales negativos que favorecen la persistencia del estrés.
El apaciguamiento y la canalización del estrés surge de la sabia y serena Armonía Transcorporal que fluye, natural y espontáneamente en nuestras vidas, cuando la unidad psicobiológica alma-personalidad-cuerpo funciona sincronizadamente.
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Las Flores de Bach no son fármacos para dormir ni tampoco son drogas terapéuticas relajantes; son infusiones de flores naturales y benignas; armonizadores botánicos que nos ayudan sin provocar reacciones secundarias ni adicción; elixires que, además de reducir el estrés, ayudan a la salud y activan el proceso espontáneo de prevención y auto sanación de todo tipo de estados enfermizos.
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